Balderrama
A orillitas del canal,
cuando llega la mañana,
sale cantando la noche,
desde lo de Balderrama.
Adentro, puro temblor,
el bombo con la baguala
y se alborota quemando
dele chispear, la guitarra.
Lucero solito,
brote del alma,
¿dónde iremos a parar,
si se apaga Balderrama?
Si uno se pone a cantar,
un cochero lo acompaña
y en cada vaso de vino
tiembla el lucero del alba.
Zamba del amanecer,
arrullo de Balderrama,
llora por la medianoche;
canta por la madrugada.
Autor(es): Manuel José Castilla, Cuchi Leguizamón