Con mi sombra
Muda, como sigilosa,
se mueve a mi alrededor;
se desprende de mi cuerpo
y me dice que soy yo.
Mi sombra viene conmigo,
sin saber a dónde va.
No se queja por el tranco;
ella me sigue nomás.
Muchas veces va adelante
y me imita al caminar.
y no me pierde de vista,
cuando camina detrás.
Hay sombras que palidecen,
dentro de la oscuridad
y otras que tienen luz propia:
nadie las ha de apagar.
Con lo poco que le ofrezco,
tal vez me quiera dejar.
Ella no me cuesta nada
y nunca me pide de más.
Sombra que siempre me asombra;
sombra que no hay otra igual
para bailar chacarera,
cuando me escucha silbar.
Hay quienes nunca han tenido
y no la merecen tener.
Si su sombra no aparece,
por algo debe de ser
Hay sombras que palidecen,
dentro de la oscuridad
y otras que tienen luz propia:
nadie las ha de apagar.
Autor(es): Facundo Saravia