La marrupeña
En la isla te hallaré,
zamba, junto al fogón,
cerca del algarrobo que le hace
sombra a mi corazón.
La zamba llora ya;
dorado está el maizal;
justo, para el otoño, desllaga
el viento, mi soledad.
Cuando llegue a lo de Marrupe,
¿en qué senda me perderé?.
Me anda siguiendo el vino
y tras del poncho, el amanecer.
De Salta vengo yo;
sólo para cantar:
lejos, en el camino, se queda
triste, el polvaderal.
¡Ay tiempo que te vas:
solito quedo yo!
Pero, en la marrupeña, se irá
cantando mi corazón.
Autor(es): Manuel José Castilla, Payo Solá