El fiero arias
De golpe, los Carnavales
se encrespan en el fiero Arias
y se le suben al pecho,
como una flor colorada.
La boca de las cantinas,
cuando pasa se lo traga
y él, con una chacarera,
le pega una alborotada.
Esta es la zamba de un bandeonista,
carpero de antes:
el que la baila machao
se compone con picantes.
Se vuelan de su memoria
como paloma las farras
y en su bandoneón sediento
resuellan todas las carpas.
Después se va por la noche,
que la sigue enamorada:
la toma de la cintura
y le da una serenata.
Autor(es): Manuel José Castilla, Cuchi Leguizamón