Plaza 9 de julio


Recordando las cosas de mi Salta quinceañera:
de tardes otoñales, perfumadas por azahar,
hay sueños que perduran y reviven en la mente,
con toda la frescura de volverlos a encontrar.

Con todos los amores que guardamos muy profundo,
con todos los amigos de ese tiempo colegial:
la vuelta de la plaza con chiquillas coqueteando
a todos los tenorios aprendices del amor.

¿Dónde estás paseo inolvidable?
¿Dónde estás muchacha encantadora?
Con el sombrero en mano saludábamos felices
a tu mirada pilla, que nos insinuaba un sí.
Y a la tarde siguiente tu sonrisa ya no estaba,
para darnos la ilusión de continuar el gran amor.

Plaza 9 de Julio, resguardada por recovas:
tus árboles añosos dan su sombra maternal,
para el andar tranquilo de la gente que pasea
y del encuentro grato con la Salta del ayer.

Por la calle Caseros destacándose el Cabildo
y por la calle España majestuosa Catedral.
Plaza 9 de Julio sos el alma de mi Salta
y siento que regreso a mi tiempo juvenil.


Autor(es): Juan Carlos Saravia, Pancho Figueroa

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