Sangre salteña
Cuando salí de Salta,
sólo me puse a llorar.
Me iba llevando la vida
por mi destino de cantar.
Amontonando sueños,
a mi guitarra cargué:
tocando voy mis recuerdos
y siempre pensando en volver.
Apenitas nombro a mi Salta,
se me despierta el colla,
hecho baguala carnavalera
y se hace aloja mi sangre
salteña y carpera.
Repechando caminos
con mi sueño de cantor,
lo fui domando al destino,
sembrando sueños copleros.
No me han volteao los tiempos,
ni las heladas ni el sol;
tan sólo tus ojos negros
me han doblegao el corazón.
Autor(es): Oscar Valles