Tristezas del por que


Por qué la risa, si después el llanto
Por qué la primavera, luego invierno.
Por qué la aurora, si después la noche.
Me deja el corazón solo y enfermo.

Por qué me quieres y te quiero tanto.
Por qué te digo adiós y quiero verte.
Por qué, muchacha, no apuras el vino.
Al vino no lo vence ni la muerte.

Recitado:
Por qué siempre que llueve estás conmigo.
Por qué si sale el sol, desapareces.
Por qué si tengo frío, me cobijas.
Y cuando cae la nieve me abandonas.

Cantado:
Por qué me gritan, que ya no eres mía.
Que nunca me tendrás, ni he de tenerte.
Vamos muchacha, apuremos el vino.
Al vino no lo vence ni la muerte!


Autor(es): Horacio Guarany

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