Mi otoño y vos
Trajiste a mi otoño desolado
frescura de savia amanecida,
no pude negarme a la dulzura
del beso añorado en mi desvelo.
Tus ojos cumplieron la promesa
lograste encender mi luz interna
mi cuerpo feliz en la caricia
latía en tu piel enamorada.
Un viento sin razón
la magia me quitó
y el tiempo sin piedad
mis sueños cercenó.
Mi loco corazón
gimió en la soledad
y sólo tengo hoy
la pena de tu adiós.
Tu duende regresa por las noches
y besa mis labios que te nombran
dolor repetido en las cenizas
que cubren de olvido la esperanza.
Arropa nostalgia mi tristeza
el fuego de tu sed guardo en mi alma.
Acaso después de tantas dudas
mi otoño deshojó tu primavera.
Autor(es): Norma Montenegro, Quique Rassetto