Gorrión en el supermercado
Vine hasta aquí,
para tocar a la abundancia.
Para tocarla, nada más...
No traje bolsa, ni bolsillo, ni esperanza.
Tan solo traje ganas, muy antiguas, de comprar.
Me mira mal
el personal de vigilancia.
Ellos no ven que soy gorrión.
Miran atentos los rincones de mis alas.
Salir de pobre diablo, tiene riesgos..., sí señor...
Ni un tarro de tomates, ni un reloj, ni una camisa.
¿De qué le servirían esas cosas a un gorrión?
Acá no venden árboles, ni postes, ni cornisas.
Yo vine solamente por mirar, sin ambición.
Revisen mis axilas, denme vuelta, tengan calma.
¿Acaso no se nota mi distinta condición?
Yo vine solamente por tocar a la abundancia.
Para después contarles, a los pobres como yo…
Autor(es): Héctor Negro, Emilio De La Peña