El tango del amor


Allá en mi hogar, pobre pero honrado
vivía feliz, mas el destino,
para mi mal puso en mi camino
a un hombre ruin y desalmado.
Él, que al saber que era suya,
que su esclava fiel siempre fui,
me engañó y se fue.
Y hoy no se acuerda más de mí.

¡Pérfido que me abandonó
siendo que le amé tanto!
Ya no tengo ilusión, la he perdido
al sufrir ese cruel desencanto.
Nunca ya más, ardiente amor
por nadie sentiré,
porque llevo la muerte en el alma
desde el día en que él se fue.

Ya que no tengo más que amargura,
y que me arrastro por el fango,
quiero ser bailarina del tango
para olvidar mi desventura.
Me pasaré mi mísera vida
noche a noche en el cabaré,
curaré mi mal
y al que adoraba, olvidaré.

¡Pobre de mí, que me engañó
aquel hombre malvado!
Por su culpa rodé hacia el abismo
con el corazón despedazado.
Si he de llorar en mi aflicción;
si he de seguir penando,
quiero olvidar las penas bailando,
sino arrancarme el corazón.


Autor(es): Aníbal de Iturriaga