No hay dos sin tres


Tengo el alma curtida a lonjazos
que la vida me dio sin piedad,
y por eso tus dos latigazos
no me hicieron ninguna señal…

Si te amé con cariño sentido
y dos veces callé por amor,
hoy comprendo que no me has querido,
y por fin ya cansado me voy…

No hay dos sin tres, ya sé que vos
por tercera vez vas a claudicar,
pero te juro que mientras viva
otro latigazo no podría perdonar…

No hay dos sin tres, déjame
yo te arrancaré de mi corazón,
y sólo siento que he derrochado,
por tan poca cosa, ¡mi pasión!...

Como el perro que lame las manos
del patrón que le va a castigar,
yo pensando que somos humanos
con cariño pagué tu maldad…

Esperaba que al fin comprendieras
la grandeza de mi corazón,
y que fiel a mi lado vivieras;
¡pero todo ya se terminó!...


Autor(es): Jesús Fernández Blanco, José Rebolini