Noche bahiense
Salimos con los choschamu a curtir noche bahiense.
Los cuatro bien empilchados, zarzos de prima, de funyi y lengue,
perfumito afrancesado y en la muñeca un bobo debute.
Con la menega en los grilos anclamos en un cheboli.
Tres ñatos tamaño puerta no nos dejaron entrar,
gambeteando la estrilada nos mandamos a otro bar.
¡Qué perinola la cheno, qué chitrulada el amor!...
La barra está de parranda, la cana cuida el farol.
Con un científico alcanza para garparle al garzón,
mañana silencio stampa, nadie recuerda que nos pasó.
Así es la cosa muchachos, mañana será domingo,
día internacional de la tristeza…
por eso esta noche es de alegría, que no decaiga…
¡salud muchachos!...¡por nosotros!...por nosotros.
La fauna de este barsucho da para todo lo que imaginen…
fiocas, minas mistongas, malevos tristes y perejiles,
bacanes encordelados que juegan poker, dados o rummy.
El día domingo es pal amasijo, la cheno del sábado es para farrear,
que siga sonando el tambor de Ogolocis, que nunca enmudezca.
Una morocha pulposa de nariz mocha como Mayweather
le saca viruta al piso en esta milonga con Pablo Rebich.
Tres hurras pa’ la pareja firuletera pidió la gente.
¡Qué perinola la cheno, qué chitrulada el amor!...
La barra está de parranda, la cana cuida el farol.
Con un científico alcanza para garparle al garzón.
Mañana silencio stampa, nadie recuerda que nos pasó.
Mañana silencio stampa, nadie recuerda que nos pasó.
Mañana silencio stampa, nadie recuerda que nos pasó.
Autor(es): Germán Arens, La Puñalada