Ya sé que no vendrás
Ya sé que no vendrás pero te espero
sentado en el umbral de la esperanza,
las flores del geranio ya se han muerto,
mi casa sin tu voz, ya no es mi casa.
Lo saben estos besos que me sobran
y el miedo de mi piel sobre la cama;
ya sé que no vendrás pero tu sombra
gotea despacito y no se va…
Y te llevaste mi sonrisa,
mi lunes más audaz y mi ternura
que ya era tuya.
Y aquella vez cuando dijimos:
¡hoy la lluvia nos trajo muchos besos a estrenar…!
Y me dejaste tan a oscuras
palpando entre las sombras las migajas
de lo que amaba.
Pero es inútil, sin tus caricias
la vida pasa y otra vez ya no vendrás.
Y ya que no vendrás será preciso
beber un trago más de tu nostalgia,
después matar la flor y aquel hechizo
de hacernos el amor con la mirada.
Por eso al conversar con los silencios
que inundan los rincones de esta casa,
entiendo que tu adiós es el recuerdo
que duele, que se ha muerto, que no está.
Autor(es): Matías Mauricio, Saúl Cosentino