Hermano
Hermano, yo que vos le doy la biaba
no es propio que ella juegue con dos cartas.
Si es triste
que te dejes basurear
y que te quiera cachar
una mujer.
Hermano, porque sos mi buen amigo
y en todo como tal te distingue,
no debo permitir, nunca jamás,
ni callar así nomás
lo que te hacen por ahí.
No te sabe respetar,
si te puedo asegurar
que la he visto con mis ojos
ni merece tu pasión,
si no tiene corazón,
esa es la pura verdad.
Ella te engrupe muy bien
ella se porta muy mal,
vivo de esto convencido,
se ríe de tu bondad
si no sabe más que hacer
maldad.
Hermano, te conviene hacerme caso.
¡Abrite y largala por baranda!
No sea
que hoy o mañana, tal vez,
con la gente te topés
y te arruinás.
Piantala, que elementos de esa clase
tan sólo sirven para envenenar
y un hombre como vos, puede tener
a tu lado otra mujer
que no te sepa fallar.
Autor(es): Enrique Dizeo, Julio Pollero