A un semejante


Vení... charlemos, sentate un poco.
La humanidad se viene encima.
Ya no podemos, hermano loco
buscar a Dios por las esquinas...
Se lo llevaron, lo secuestraron
y ¡nadie paga su rescate!
Vení que afuera está el turbión,
de tanta gente sin piedad
de tanto ser sin corazón.

Si a vos te duele como a mí...
La lluvia en el jardín y en una rosa.
Si te dan ganas de llorar,
a fuerza de vibrar, por cualquier cosa.
Decí qué hacemos vos y yo
qué cosa vos y yo sobre este mundo.
¡Buscando amor en un desierto
tan estéril y tan muerto
que no crece ya la flor!

Vení... charlemos, sentate un poco.
¡No ves que sos mi semejante!
A ver probemos, hermano loco
salvar el alma cuanto antes.
Es un asombro, tener tu hombro
y es un milagro la ternura...
¡Sentir tu mano fraternal!
Saber que siempre para vos...
¡El bien es bien y el mal es mal!


Autor(es): Eladia Blázquez