La primera mina
Donde empieza la historia y eran Pampa,
Boedo, Balvanera y el trocen
allí con tu pollera y con tu estampa
fundaste Buenos Aires vos también.
Eras una y al fin todas las minas,
tan nuestra, aunque nacida en Paraguay,
y en ese vecindario sin esquinas,
te sumaste al destino de Garay.
Ana Díaz,
en aquella vieja aldea
fuiste la primera mina.
Era un poco
de ternura en la dureza
tu presencia femenina.
Madre antigua,
son tus hijas las porteñas
las parió tu corazón.
Ana Díaz,
de vivir nos pedirías
que hoy te cante un bandoneón.
Imagino tus cosas tan lejanas
sin tango, ni obelisco, ni cafés
las trenzas enmoñadas de mañanas,
los sueños apretaos tras el corsé.
Una placa en Corrientes y Florida
nos dice de tu nombre y tu ayer
y siempre te sentimos revivida
cuando vemos pasar una mujer.
Autor(es): Roberto Selles, Estela Bonnet