Virgen de la Balvanera
Tú sabías, Virgen de la Balvanera,
la angustia que ahogaba a mi corazón
viendo a mi viejita que moría de pena
por el compañero que la abandonó;
yo le decía madre, Dios se lo ha llevado,
porque aquí en la tierra cumplió su misión,
ahora, pidamos a ese Dios sagrado
la luz para el alma del ser que partió.
Virgen de Balvanera
a ti que eres la santa
piadosa pura y buena
te vine a suplicar,
salvarás a mi madre
aquella viejecita
que por la tardecita
oraba ante tú altar.
Tu gracia concediste
al hijo desolado
que siempre había rehusado
entrar a tu mansión,
y hoy viene arrepentido
para pedir con calma
le otorgues para su alma
tu santa bendición.
Hoy mi madrecita se siente aliviada
obtuvo el consuela para su dolor
oíste mi ruego, Patrona adorada,
llevaste a su alma la resignación,
gracias Virgencita por mi santa madre,
que siempre te invoca con gran devoción
imagen bendita curaste dos males
el de mi viejita y a mi corazón.
Virgen de Balvanera
¡Oh santa bienhechora!
Piadosa y protectora
que fuiste a mi hogar
a consolar el alma
de aquella viejecita
que por la tardecita
oraba ante tu altar.
Tu gracia concediste
al hijo descreído
que nunca había querido
entrar a tú mansión
y hoy en tu altar postrado
lo ves mi Virgencita
junto a su madrecita
haciendo una oración.
Autor(es): Alfredo Eusebio Gobbi