Charlamos después


Un día tu sonrisa despertó
y yo fui el primer hombre
que vio salir el sol.
Vos no sabías
porqué reías,
pero en tus labios
toda tu vida era un pequeño idioma.
Lucio, contame algo de vos.

Te puse los pañales al revés,
primero un llanto corto
y otro largo después.
Yo no sabía
qué me pedías,
pero en tu grito
toda mi vida era una gran pregunta:
Lucio, decime qué querés.

Cuánto tiempo más
habrá que esperar
para conversar…
Que me cuentes de la novia nueva,
que vayamos juntos a tomar café…
Pero en esta aventura
nadie te apura,
tranqui, charlamos después.

Te gusta este solcito del balcón,
la música barroca
y el olor a jabón.
Yo no creía
que ya podrías
con treinta días
manifestar tan claras preferencias.
Lucio, pasame información.

El agua fue un momento singular
y casi lloro al verte
contento patalear.
Te mantenías
sin salvavidas,
pura alegría,
un pececito en su marcito dulce.
Lucio, enseñame a nadar.

Cuánto tiempo más
habrá que esperar
para practicar…
Los palotes, el gancho de izquierda,
la gambeta corta, Balderrama en re,
pero es toda una ciencia,
tengo paciencia,
no te apurés a crecer…

(Coda)
Porque en esta aventura
nadie te apura,
Tranqui, charlamos después.


Autor(es): Hernán Genovese