A Horacio Ferrer
(Recitado)
Maestro Ferrer,
respecto de la vida, no me puedo quejar:
desde Génova, mi apellido es Elena,
me cuidaron del hambre y las tormentas,
el arte me ocurre estremeciéndome
con lágrimas y todo, conocí el amor,
y mis amigos son estrellas encendidas
en la noche más aciaga y fría.
Como si todo esto no bastará
leí sus poemas.
Maestro Ferrer
Yo no sé cómo será mi muerte,
pero la prefiero… Tangamente.
(Cantando)
Con tanto criminal de la palabra
hay un poema que se dice muerto,
es animal amado que desangra
cálidas vísceras, en el camino invierno.
Una jauría ronca y salivante
rastrea juglares por los arrabales,
te encuentra y te ruega salves al poema
y le hables cerquita con tu voz milagro.
Discépolo, Manzi, Astor,
Pichuco, Rimbaud, Carriego,
con nacarado sosiego
besan tu barba y tus ojos.
…y es ahí, cuando tu boca
le susurra un… tangamente
y el madrigal intemperie
vive y resuda milonga.
Los viejos y las trolas y los patios
dan gracias y dicen canyengue rosario:
a vos y a tus versos abrigan rezando
cinco padretuyos y diez avehoracios.
Autor(es): Gabriela Elena