Cuando el barrio se duerme
La noche está estrellada. Un foco alumbra turbio
la calle solitaria de mi viejo arrabal.
Suspiros apagados, inundan el suburbio
amante, una pareja se oculta en un portal.
Y vienen de allá lejos, llorones y sentidos,
los bajos rezongones de un viejo bandoneón.
Parece que las sombras recogen sus gemidos
y dejan una nota en cada corazón.
Y al rezongar de ese tango,
veo en la noche serena,
los compadres de melena
y pibas con vestidito'e percal.
El organito tocando en la esquina,
un malevito chamuya a su mina
bajo un farol que no puede alumbrar,
ella dice que no: él la quiero besar.
La noche es más oscura. El fuelle lejos suena
bordando con sus bajos el tango dormilón.
Se ha ido la pareja. Me invade una honda pena,
las notas me producen no sé qué sensación.
Me habla de "chamuyos", me cuenta de "amasijos",
guitarras y milongas; de mates con cedrón,
ramitas de violetas, "trenzadas y barbijos"
por unos ojos negros o un corte compadrón.
Autor(es): Juan Andrés Caruso, Luis Teisseire