Lo que le canto a mi novia
Mi romántica canción
de esperanza y de ilusión,
por el mundo -sordo y ciego-
paseaba su son,
y mi fe, en el pesar
iba ya a claudicar,
e iba a ahogarse ya el fuego
de mi cantar,
cuando, envuelta en el albo tul,
tu figura de azul
descendió por la escala ideal,
y a la sed de un querer
que abrasaba mi ser,
tu ternura brindó un manantial.
Mi juventud,
toda inquietud,
contigo soñó,
y en su febril
afán gentil
te halló...
Mi corazón
y mi ilusión
son tuyos, mi bien,
tu amor de mi fe es el sostén.
Tus penas, tus risas son mías
-perfume, emoción, poesía-
Dios me volcó
la gloria en tu amor,
y mi querer
te ha de seguir
hasta el morir.
Mi cariño es devoción
y tu nombre la oración
que mi pecho eleva al cielo
con mística unción,
porque tú eres la paz
y en mis sueños estás
avivando mi anhelo
de amarte más.
Y es en vano pretender
expresarte mi querer,
pues es pálida toda canción:
que la esencia real
del mejor madrigal,
queda dentro de mi corazón.
Autor(es): Armando Tagini, Juan José Guichandut