Llámame chamamé


Tiembla el suelo en Japón, tiembla en California.
Tiemblan los asesinos frente al valor.
La cúpula del futuro se vino abajo,
lo pienso cinco minutos y tiemblo yo.

Ví la expresión del rey cuando lo bajaron,
era algo muy diferente al puro dolor.
Por como vienen las cosas por este lado,
no pienses que el otro mundo será mejor.

A las tres de la mañana cuatro fantasmas
cumplen su cita de honor
con el milico que los mató.
Por eso que en el principio de su garganta
se atora un grito de horror,
y no merece ni compasión.

La sangre de las raíces se ha coagulado,
el agua de los floreros ya se secó.
La época de cometas se ha terminado,
un vasto y oscuro páramo nos tapó.


Autor(es): Acho Estol