Mis pobres sueños


¡Todo es en vano! Ya no podré quererte,
aunque te quise, como no he de querer,
tu desprecio, fue mi muerte,
matando asi, mis sueños de mujer..
Todo termina en esta vida triste;
más cuando el alma sintió desilusión
y si una pena la embiste,
triunfa al fin, y mata una pasión.

¡Que hemos de hacer, si así quiso el destino
todo tu mal, que nunca imaginara
mató mi fe, la fe que me alentara
para esperar la dicha, con tu amor!
¡Déjame así! Vivir de aquél recuerdo...
sigue feliz, la senda que has tomado.
¡Lo quiso Dios! Y ya me he resignado,
llevar en mi existir, ¡Mi cruel dolor!

Si tú supieras, cómo yo te he extrañado,
las horas tristes que así, mi alma lloró,
evocando aquel pasado...
¡Sueño fugaz, que el tiempo disipó!
Y yo, que puse toda el alma mía,
mis pobres sueños, en ti, sin calcular
que pudiera tu alma fría,
sin compasión, mi dicha destrozar.


Autor(es): Juan Sarcione