Meditando
Cuando a mí vuelven las cosas del pasado
pienso en las horas ingratas de la vida,
aquellas horas que nunca más se olvidan,
porque marcaron alguna deslealtad.
Yo guardo en mi alma, lo mismo que en un cofre,
muchos recuerdos de aquellos tristes días
y allí, a mi paso, mentiras y falsías
y engaños crueles dentro de la amistad.
Corrí tras la esperanza
de hallar una ardiente pasión
y el desengaño mataba mi amor.
Palabras, palabras falsas ayer,
por donde castos amores busqué.
Ni amigos he tenido
a quienes mis penas confiar
y que un secreto supieran guardar.
Todos me han traicionado
y se han burlado de mi hondo pesar.
Llamé a la vida deseando preguntarle
si el mundo estaba lleno de ingratitudes
y ella sonriendo me dijo: "No lo dudes,
que donde vayas mentiras hallarás"
Y desde entonces se agolpan a mi mente
tristes recuerdos que el alma me torturan,
falsos cariños que muestran la amargura
del egoísmo la farsa y la maldad.
Autor(es): Eugenio Cárdenas, Hugo L'Eveque