Sin gritar


Sé bien que te asombras verme tan cambiado,
pero es que la vida me enseñó a vivir,
aprendí mil cosas estando a tu lado,
por eso al oírte me pongo a reír.
Ayer, no lo niego, con rabia he pensado,
entre llanto y llanto matarte y morir,
pero recordando tu amor y el pasado,
recién, francamente, dejé de sufrir.

No jures...
Tus palabras me hacen daño...
No jures...
Un amor que no es amor...
Mi terrible desengaño
soporté por muchos años
y hoy me siento como extraño
frente a vos...
No puedo...
Ni escucharte, ni mirarte...
No puedo...
Ni tus manos apretar...
Me queda...
todavía entre los labios
el dolor de un grito amargo
¡sin gritar!...


Autor(es): Marcelino Hernández