Tu angustia y mi dolor
¿Cómo pedirle a tu rosal
que no te brinde rosas?
¿Quién puede acaso silenciar
al ave melodiosa?
¿Cómo a la fuente suplicar
que no te diga cosas?
Eso es pedirle al corazón
que dé por muerta la ilusión
que alienta en cada palpitar.
¡No!
¡No puede ser lo que me pides!
¡No!
¿Cómo es posible que te olvide?
¿Quién quiere apartarte de mi vida?
Adiviné algo extraño
en nuestra despedida.
Hoy,
por tu ventana iluminada
vi,
que tú llorabas desolada
y
mi pobre sombra enamorada
lloró tu angustia y mi dolor.
Autor(es): Julio Camilloni, Alfredo Gobbi