Coqueta
Por más que mires tan provocativa,
tu mirada ardiente
no me cautiva;
y sé que al verme tan indiferente
tu pasión se aviva,
con calor vehemente.
Quiero que sepa que jamás mi boca,
que me provoca,
besará la tuya
ni que siquiera
por lástima que fuera,
nunca te daré mi querer.
¡Coqueta!
que ante tus ojos,
se te rinden conquistados,
por tus antojos,
los ensueños más preciados
de quien pensando que eres pura,
busca tu ternura
¡Mujer coqueta!
Vives ansiando
que tu pobre vida inquieta
siga engañando,
sin notar que está sangrando
junto a tus pies, con su ilusión,
un corazón.
Pobre de mí si en tu querer creyera
y al soñarte mía,
yo te quisiera.
¡Qué dicha intensa junto a ti tendría!
¡La feliz quimera
de mi fantasía!
Pero tu engaño pronto cambiaría
mi feliz anhelo,
en desconsuelo.
Después... tu olvido;
mi sueño destruido
y en el corazón, un dolor.
Autor(es): Manuel Meaños, Pedro Laurenz