La pastelera
¡Epa, compañero, no atropelle!,
que esta prienda tiene dueño...
Atráquese, gallo mentao
que el reñidero está como pa' usted;
pero eso sí, tengo afilaos los espuelones
y prepárese, que en esta pista
no es sólo un crestón
el que flamea listo para entrar...
Habemos gallos que en el encontrón
a pura maña sabemos chumbear...
Ahí tiene, don, caña y anís,
pa' corajear más entonao,
y apártese como perdiz pa’l otro bando
porque aquí va errao...
No sea que al fin quiera atrapar
el corazón de esta mujer
y amostazao lo haga saltar,
como langosta, pa'hacerlo aprender.
Pa' este mentao juego de amor,
tabaco en chupa no le voy a aceptar;
juegue de ley, que sin temor,
alguna prienda se pueda agenciar.
Pero a mi linda pastelera fiel,
a naides bromas le voy a permitir,
porque es el agua fresca en mi jagüel
donde yo solo puedo zambullir...
Y amigo, tenga paciencia.
Haga buche...
Al fin, con resignación,
por hoy tendrá que aguantar.
No sufra gauchito, que algún pastelito
la chirusa a usted le va a brindar...
Ni pite del juerte, ya que así la suerte
lo empezó a golpear...
Autor(es): Francisco Brancatti, Rafael Rossi