Adoración
La noche que la vi
por primera vez,
yo en mi alma sentí
las ansias del querer.
Un beso le pedí
que en sus labios estampé,
y por tiempo de quedó
dulce sabor de miel.
Lazo de rosas fue
con que me ató;
en la copa del placer
mi ser embriagó.
Cuando yo la besé;
sus labios divinos
dijeron:
“A ti adoraré”...
Amor...
¡Oh, gran placer
que nos da en el vivir
ansias de un querer!
Teniendo una mujer
a quien amar
y el corazón
haga palpitar...
Gozar...
Supremo “don”
que el cielo nos brindó
en forma de amor.
Siempre te adoraré
mi Diosa querida;
tú fuiste mi vida
y sólo a ti amé.
Cantemos juntos la canción,
los labios unidos con fervor
los corazones con amor
entonen himnos de pasión.
No hay por qué temer ya el dolor
porque en la senda hemos de seguir
y unidos siempre juntitos los dos,
así es como deseo yo morir...
Cantemos juntos la canción,
los labios unidos con fervor,
los corazones con amor,
entonen himnos de pasión.
Y nuestros corazones con fruición
al entonar el himno del amor
repetirán con esperanza y fe
que: “Siempre a ti yo adoraré.”
Autor(es): Alfonso Giménez, Niels Paulos