La deuda eterna
Vendrán entonces ciertos
los duendes y las hadas,
refunfuñando broncas
vencidos los fantasmas;
será una cita fueye
a toda madrugada,
nos miraremos hondo...
no nos diremos nada.
Vendrá un rey de reyes
Pichuco desde el mazo,
palomas encendidas
vendrán desde sus manos,
a liberar ternuras,
a rescatar milagros,
a despejar los ojos
de tantos viejos llantos.
Vendrán de nuevo nuevos
sonriendo los cansancios,
con el peso sin peso
del peso bien ganado;
serán de nuevo nuestros
los hijos y los tangos,
sin ya la deuda eterna
del amo y del esclavo.
Valdrá al fin la pena
plantarse bien plantado,
mirando bien las cosas,
teniéndolas muy claro...
muy siendo lo que somos:
aquello que fundamos,
capaces de encontrarnos
en todo lo que amamos.
Vendrán de nuevo nuevos
sonriendo los cansancios,
con el peso sin peso
del peso bien ganado;
serán de nuevo nuestros
los hijos y los tangos,
sin ya la deuda eterna
del amo y del esclavo...
(Coda)
Será una cita fueye
a toda madrugada,
nos miraremos hondo
no nos diremos nada.
Autor(es): Miguel Jubany, Omar Torres