Lanús
Para nombrarte, reino de la infancia
que me ha quedado siempre en la mirada,
he elegido esta clara madrugada
donde hacia el sur se acorta la distancia.
Tomar el rumbo de tu esquina vieja
hasta un confín de luna y almacén
y desandar la calle despareja
al compás de la quejadesvelada del tren.
Pudo ser otro el cielo, pero es este
donde las almas pueden mirarse a contraluz
y aunque corran mis pasos de este a oeste
siempre estarán pisando las calles de Lanús.
Porque hay una poesía de mate y de malvón,
y una flecha granate que hirió mi corazón.
Tuvo que ser el sueño de un poeta
aquel farol de rayo mortecino
que en noches de verano vio al vecino
en su ritual de silla y camiseta.
Y la otra luz, del mediodía ardiente,
cuando en la siesta humilde de rigor
nos regresaba cruel hasta el presente
el silbo indiferente que dice… afilador…
Autor(es): Hernán Genovese