Virgencita bohemia
En mi pobre guitarra las seis cuerdas te lloran
y hasta el viento te deja un sollozo al pasar,
mientras tiembla el rosario, y las voces imploran
por la buena hermanita que jamás volverá...
Incansable viajera... Virgencita bohemia
eras una paloma mensajera de paz,
y a tu lado se hacía menos cruel la miseria
de los días sin fuego y las noches sin pan.
¡Hermanita!
El circo bullicioso
ya no tendrá tu encanto bajo su lona gris
y habrá frío en tus manos, y sombras en tus ojos
y te dará la muerte un nuevo camarín.
¡Hermanita!
Se irá la caravana.
El polvo del camino sus huellas borrará.
En tanto que una estrella, muy blanca, muy lejana,
con lágrimas de plata tu ausencia llorará.
Muchachita que puso en las sendas sombrías
un cantar de zorzales y alegría de sol.
Eras llena de gracia como el Ave María
pero ayer, el destino con un golpe de alas
apagó la llamita de tu claro mirar.
Virgencita bohemia, pedazo de mi alma...
Si supieras la pena que nos vas a dejar.
Autor(es): Afner Gatti, Guillermo Casalli