Fiesta y milonga
Milonga y tango,
tango y milonga de mi ciudad.
Estoy de fiesta
y en mí la orquesta sonando está.
Me bamboleo
al balanceo de su compás,
milonga y tango,
tango y milonga de mi ciudad.
Y el resonar de sus sones
va diciendo por el aire:
¡para tener ciertos dones
hay que ser de Buenos Aires!
Hay que sentir en las venas la magia
de su latido febril,
y conocer la nostalgia
al estar lejos de aquí.
Milonga y tango,
tango y milonga de mi ciudad.
Estoy de fiesta
y en mí la orquesta sonando está.
Me bamboleo
al balanceo de su compás,
milonga y tango,
tango y milonga de mi ciudad.
Cuando aparecen los duendes
misteriosos de la noche,
mi Buenos Aires se prende
en el alma como un broche...
entonces flotan los ecos de un aire,
sentimental y burlón,
y hay un dolor Buenos Aires
y un olor a bandoneón.
Milonga y tango,
tango y milonga de mi ciudad.
Estoy de fiesta
y en mí la orquesta sonando está.
Me bamboleo
al balanceo de su compás,
milonga y tango,
tango y milonga de mi ciudad.
Si me preguntan,
les doy respuesta:
¡estoy de fiesta
por ser de aquí!,
porque el reencuentro
con esa esencia
de tu cadencia, milonga,
me hace feliz.
Milonga y tango,
tango y milonga de mi ciudad.
Estoy de fiesta
y en mí la orquesta sonando está.
Me bamboleo
al balanceo de su compás,
milonga y tango,
tango y milonga de mi ciudad.
Autor(es): Eladia Blázquez, Atilio Stampone