Mis manos y tu sol
Teclas de miel, dedos de sal,
un puente de silencio en mis rodillas.
Salgo a viajar el humo espeso de la vida,
y al regresar me esperás vos con tu cajita de cristal.
Soy soñador, soy inquietud,
un sauce que se bebe las orillas.
Vuelvo a buscar en cada pulso la guarida.
Se hace corcel tu ilesa voz y yo, jinete de arrabal.
Cuerda feliz...
un mismo vuelo en rebeldía,
un arco iris de cadencias insolentes,
el cántaro y la fuente, el verso y la armonía.
Sentado aquí,
ante tu fiel fisonomía,
besan la clave misteriosa del presente,
apasionadamente, mis manos y tu Sol.
Árbol tu piel, cuero y marfil,
matriz que se involucra con la mía;
mezcla de opaca y de dulzona bienvenida.
Musa y compás, siempre de a dos, unión que no ha de ser casual.
Somos al fin piano y virtud.
Tu vientre canta en torno a mi semilla
y en el volcán del pentagrama halla salida.
Cuando el reloj nos diga adiós se hará metáfora el final.
(Coda)
Somos al fin el portavoz de una metáfora de adiós.
#i#Al Maestro Emilio de la Peña.#/i#
Autor(es): Marta Pizzo, Quique Rassetto