A Leopoldo Federico
Yo comprendo Leopoldo tu cansancio.
Tabarís, Tibidabo y muchos más.
Junto a Gobbi a Grela y desde el piano
junaban de reojo Maderna con Salgán.
Lo veo a Antonio Príncipe a tu lado
inmortal, de un pasado sin igual.
Y recuerdo que venías para el centro
Pugliese la rompía, allá en el Nacional.
Tocá un tango más...
para los locos de las puertas sin salidas
gambeteando las veredas desparejas,
buscando eternidad en las esquinas.
Tocá un tango más...
será un mensaje al mar en la botella
con perfume de malvones y glicinas
y un bandoneón, brillando en una estrella.
Tocá un tango más...
para nosotros que aplaudimos sin sordinas.
¡Hermano mío!, tocá un tango más.
Un tango más... sin final...
Federico. Leopoldo nacarado
tu talento nos hace emocionar.
Inventaron los duendes de los fueyes
que vuelen de tus manos palomas de bondad.
Del filo de una simple melodía
vos hacés que se vuelva celestial.
Y recuerdo que venías para el centro
Pugliese la rompía, allá en el Nacional.
Autor(es): Ana María Marzábal