Zamba del olvido
Arriero del ensueño
jinete del amor;
doy siempre cara al viento
al viento del dolor...
Ella, dejó en mi nido
nieve de olvido
cuando se fue;
hoy, triste, con mis perros
voy por mis cerros
de Guaymallén.
Un "lloro" para ella
que ya no vuelve más;
y otro para la estrella
de mi fatalidad.
Un "lloro" y un gemido
para el olvido
que la envolvió;
y un ruego tembloroso
por el reposo
que me quitó.
Marchando con mi sombra
al son de una canción;
no sé por qué la nombra
mi herido corazón...
Y sigo al tranco lerdo
con mis recuerdos
sin un rencor,
buscando de olvidarla
para no llamarla
bajo el dolor.
Autor(es): Francisco Brancatti, José Acotto