Que sigan charlando


Un tango...
un tango en la noche...
la noche parece más linda,
la siento en las venas,
me dejo arrastrar
porque llevo un tango
clavado en mi vida
lo mismo que grampa
que no he de arrancar.
Un tango...
un tango en la noche...
que digan aquellos
que todo lo saben
que es lerdo y amargo,
cansado y tristón,
¡que sigan charlando!
si nunca supieron
jugarse una carta
lo mismo que yo.

Porque aquel que no luchó
que no sintió un amor nunca,
el que con suerte nació
y no quemó una fe trunca.
Aquel que no se jugó
por un amor o un amigo,
que no apuró un trance amargo
ni ha luchado por el mango,
ni sintió dolor de herida
no sabe lo que es la vida,
¡ni sabe lo que es un tango!

Un tango...
un tango en la noche...
la noche se viste de fiesta,
la orquesta le presta
glicina y percal
y en los bandoneones
desatan amarras
las viejas guitarras
del guapo arrabal.
Un tango...
un tango en la noche...
que sigan charlando
aquellos que nunca
en una parada
se hicieron valer
yo llevo en las venas
con sangre de tango
el naipe del triunfo
¡de Carlos Gardel!


Autor(es): Carlos Waiss, Héctor Varela