Mitad de malevo, mitad de Don Juan
La noche es su día como ave de presa,
sus ojos de lince no quieren la luz.
Los puntos le temen porque él en las timbas
que es macho sin grupo cien veces probó.
Buen mozo y altivo, de pinta elegante,
los pesos que gana cual vienen se van,
y va por la vida con gesto triunfante,
mitad de malevo, mitad de Don Juan.
Da juego al que talla,
el taura lo observa,
arriba una sota
parece invitar.
El taura se juega seguro a una carta,
ya un golpe consigue la banca saltar.
Y arriando con todo
reparte unos pesos,
después silencioso
como antes salió;
que nunca en su rostro la gente ha leído
si el taura ha perdido, o el taura ganó.
Mas hay otras noches que estando en la mala,
de veinte paradas ninguna acertó;
es negra la racha, se juega las priendas,
se juega el anillo que tanto guardó.
Y sale a la calle tranquilo como antes.
Los pesos se han ido... ¡Mañana vendrán!...
Y frente a la aurora que surge triunfante,
conserva su pinta de taura y Don Juan.
Autor(es): Eduardo Trongé, Enrique Delfino