Cantar eterno
Allá en la noche callada,
para que se oiga mejor,
ámame mucho
que así amo yo.
Canta el ruiseñor sus penas
¡Ay, si!... ¡Ay, no!
canta el ruiseñor sus penas
con melancólica voz.
Ámame mucho
que así amo yo.
No porque yo estoy cantando
tengo el corazón alegre.
Ámame mucho
que así amo yo.
Yo soy como el pobre cisne
¡Ay, si!... ¡Ay, no!
yo soy como el pobre cisne
que canta cuando se muere.
Ámame mucho
que así amo yo.
Ven a mis brazos, ricura,
y no te hagas rogar tanto...
Ámame mucho
que así amo yo.
Ya sabés que mi cariño
¡Ay, si!... ¡Ay, no!
ya sabés que mi cariño
sólo para ti lo guardo.
Ámame mucho
que así amo yo.
Morocha de ojazos negros,
pícaros, fascinadores...
Ámame mucho
que así amo yo.
Quisiera formar contigo
¡Ay, si!... ¡Ay, no!
quisiera formar contigo
el nido de mis amores.
Ámame mucho
que así amo yo.
Yo canto el cantar eterno
que es el cantar más sentido...
Ámame mucho
que así amo yo.
Porque sus notas consuelan
¡Ay, si!... ¡Ay, no!
porque sus notas consuelan
a mi pecho dolorido.
Ámame mucho
que así amo yo.
Lo que ayer me prometiste
no vas a olvidar mañana...
Ámame mucho
que así amo yo.
Que promesas del querer
¡Ay, si!... ¡Ay, no!
que promesas del querer,
no olvida una provinciana.
Autor(es): Ángel Villoldo