Atorrante
Atorrante bien vestido
malandrín de meta y ponga
que hoy brillás en la milonga
y la vas de gran señor,
te engrupieron las bacanas
y a la mina santa y pura
que aguantó tu mishiadura
y en la mala te cuartió,
la largaste por baranda
y de pena, ¡pobrecita!,
hoy está enferma y solita
consumiéndose por vos.
¡Atorrante!… Decí si no te da verguenza
que al verte pasar
piense de vos la gente lo que piensa
y no haga más que hablar.
Propiamente hay que ser más que careta
para hacerse el gran bacán,
mientras está enferma, sin receta
y con dos pibes que le piden pan.
Mas no importa... Cuando el mazo
se te gaste en el baraje
y te amure el bacanaje
por un punto más allá,
ya verás, pobre atorrante,
pelandrún arrepentido,
si el dolor que ella ha sufrido
vos también no sufrirás.
Y en el trance peliagudo
de las últimas boqueadas,
pedirás un vaso de agua
y ni Dios te lo dará...
Autor(es): Alberto Vaccarezza, Raúl de los Hoyos