Me estoy volviendo a Santiago

Cuando en enero la vida
me empieza a latir con fuerza,
cuando un retumbar de bombos
dentro de mi alma se inquieta
el ángel de la nostalgia
viene a golpearme la puerta.

Me habla de las ausencias
con que Santiago me duele
de las eternas raices
de mis padres, de mi gente
de los lazos maternales
que en lo profundo se siente.

El coyuyo del recuerdo
me canta dentro del alma
madurando mi algarroba
de deseos y esperanzas
de regresar y quedarme
allá donde fue mi infancia.

En esta ciudad tan dura
de corazones de asfalto
donde las noches son tristes
aturdidas por mi llanto
mi pena ya no es mas pena
me estoy volviendo a Santiago.

Quiero jugar como niño
con mi alegria descalzo
bajo la cálida sombra
de aquel mistol que yo amaba
mientras el viento acaricia
con suaves manos mi cara.

Comprender que el horizonte
es el patio de mi casa
que el cielo baja tan puro
como una madre y mi abraza
cuando el sol sale al poniente
cual arco iris en llamas.

Que el aroma a pan casero
se escapa por la ventana
perfumando de ternura
cada rincón de la casa
como un canto azul de vida
antes que despierte el alba.

En esta ciudad tan dura
de corazones de asfalto
donde las noches son tristes
aturdidas por mi llanto
mi pena ya no es mas pena
me estoy volviendo a Santiago.