Sinforosa

Francamente te lo digo,
no aguanto más, Sinforosa,
no aguanto más, Sinforosa,
rajá pronto con tus cosas
que me tenés aburrido.
Me batís siempre lo mismo,
que no me gusta el laburo
y todo porque de apuro
aquella vez del merengue
yo quise vender al nene
para jugar a los burros.

Tan llena de pretensiones,
ahora todo te hace daño,
ahora todo le hace daño,
porque vivimo’ en un caño
te quejás de los pulmones.
¿No apoliyás en los colchones
que te forré de arpillera?
¿No te hiciste dos polleras
toda de color tomate,
con la bandera ‘e remate
que afané en la bañadera?

(recitado)
Cuando usted me conoció
pesaba noventa kilos,
desde que vive conmigo,
rebajó cincuenta y dos.
Todo eso lo consiguió,
no me bata que es mentira,
se acuerda que le decía:
¡No coma más Sinforosa
que va a quedar más hermosa,
comiendo cada tres días!
¡Y ahora se te fue la mano, vieja,
parecés una radiografía!

Desde que estamos casaos
usted siempre trajo lío,
usted siempre trajo lío,
tres noches durmió conmigo
y las demás separados.
Por eso que estoy cansao
su conducta es un horror,
esto va de mal en peor
chapá el bagayo y andate,
hacele seña y colate
en el plato volador.