La piel de los besos

Ya se va la noche llevando sus faros,
sus rabias de amores
su viento, su espanto…
Ya se va la noche dejando en la calle
su máscara dura,
sus filos cobardes…
Y un polvo cansado de luna y puñales,
dos sombras fatales
que nunca serán…

Se perdió en la noche la trama que un día
tejía y tejía la piel de los besos,
y astillan los huesos tu herida y mi herida,
gritando en la furia de un nulo regreso.
¿Quién ató al deseo la flor de un pañuelo
mojado de cosas que fueron mi vida?
¿Quién lleva en la frente corona de espinas
y así en carne viva la piel de los besos?

Ya quemó la aurora la sed de los faros,
hay nuevos colores
de infierno, de asfalto.
Ya no está su mano, sincera, salvaje,
su tallo cansando,
sus viejos rituales…
El filo del vino se vuelve intratable,
y el sueño me abre
su necio puñal.