Condena

El tiempo fluye, junto a tu llanto,
en ese cuarto que hoy te fía la pensión,
sueños de pibe, que en sueños se han quedado,
amueblan el espacio de tu pobre corazón.

Una vitrola, ya envejecida,
da rienda suelta a tu nostálgica ilusión,
tus pies cansados, por el paso de los años,
añoran esos tangos de tus tiempos de verdor.

Quizás mañana no suenen los violines
y allí comprendas lo que no has podido ver,
buscar afuera lo que adentro no se encuentra
es querer hacer carrera con pingo de carrusel.

Quizás mañana resuene la campana,
haciendo anuncio de que el round se terminó
y allí tu alma partirá hacia las estrellas,
dejando la condena que en tu cuerpo ya cumplió.

El mundo sigue dando vueltas como siempre,
tras las paredes que contemplan tu dolor,
ves que la suerte no te ha sido indiferente,
por eso no comprendes: ¿cómo no llegó el amor?

En ese espejo que hoy ya casi ni te mira,
vive el reflejo de tu triste realidad,
te ve frustrado al esperar, lo que no sabes dar,
la vida siempre funca por respuesta.