El Gigoló (Querime ñata)
Tangos
Triste y taciturno el Gigoló
de pena muere
pues la ingrata que su amor llevó
ya no lo quiere.
Y recordando su ensueño de amor
vio con dolor
que aquella flor
que imaginario su mente forjó
el viento la deshojó.
Mujer infiel que me has dejado,
que mi vida has destrozado
y mi amor has desdeñado,
por qué no vuelves al nido de amor
que te espero con ardor
para olvidarnos
de esos sufrimientos
y otra vez amarnos
con santo fervor.
Sabes mi bien, que te quería
que eras mi única alegría,
mi fe, la vida mía.
Por qué tan mala conmigo has de ser
que me niegas tu querer
si fue un delirio... que yo te quisiera.
Por qué este martirio
me haces padecer.
El dolor que tiene el Gigoló
lo desbarata
y el cariño que a la ingrata dio
hoy ya lo mata.
Y al comprender que su ardiente pasión
fue una ilusión
del corazón
con infinita amargura se oyó
la queda del Gigoló.
Autor(es): Luis Roldán, Enrique Delfino
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