Monigote
Tangos
Quiero cantar, porque el canto
es un bálsamo en la vida
que cicatriza la herida
que no cicatriza el llanto;
quiero cantar, porque el canto
encierra toda mi vida.
Cuando entre mis compañeras
de mi trabajo salía,
un hombre me perseguía
día y noche sin cesar;
y una noche... de esas noches
que besa el cielo las flores,
conquistando mis amores
me arrebató del hogar...
“Monigote... Monigote”
(Fue un sobrenombre cualquiera)
que mi amante me pusiera
creyéndome atolondrada,
al verme tan entregada
a la vida milonguera.
“Monigote… Monigote”
Ya no soy la que antes era.
Y esa flor… Mi juventud
que entregué inocentemente,
rodó en la negra pendiente
por el canalla traidor
que negoció con mi amor
de mi cariño inocente
hasta hundir en la corriente
mi fe, mi vida y mi honor.
Me exhibí en el cabaret,
sin saber lo que allí era,
lo mismo que una cualquiera
que en copetines y tangos,
busca ganarse unos mangos
bailando la noche entera…
Y así mi vida pasaba
entre gente milonguera.
“Monigote... Monigote”
(Fue un sobrenombre cualquiera)
que mi amante me pusiera
creyéndome atolondrada,
al verme tan entregada
a la vida milonguera.
“Monigote… Monigote”
Ya no soy la que antes era.
Autor(es): Gabriel Sigal, Emilio Iribarne
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