Una tarde cualquiera

Tangos

¡No, no me digas adiós!
¡No lo digas por Dios,
ni lo pienses siquiera!
Quiero que nos separemos,
como si nada ocurriera,
como si fuera esta tarde
una tarde de un día cualquiera.
Ya que te alejas de mí
no te vayas así, corazón malherido,
por lo mucho que tu me has querido,
mi pájaro herido, te pido perdón.

Qué distinta sería la vida
si pudiera borrarse el pasado,
con qué amor lavaría tu herida
si pudiera volverte a mi lado.
Si pudiera encontrar mi disculpa,
si pudiera borrar esta culpa,
si pudiera rezar, si pudiera llorar,
si tan solo pudiera olvidar.

Bien, el momento llegó
sé que todo acabó,
sé que angustia me espera.
Sólo te pido que partas,
como si nada ocurriera,
como si fuera esta tarde
una tarde de un día cualquiera.
Y si pudieras mentir,
si pudieras fingir una frase amistosa,
que consuelo sería esa hermosa
mentira piadosa de tu corazón.

Autor(es): Rodolfo Taboada, Roberto Puccio
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