El guacho

Tangos

Amamantaste con tus pechos mi existencia,
bajo tus brazos el primer paso aprendí,
y fui creciendo sin saber que yo era guacho
y al nacer tus santas manos
de un rincón me alzaron, ¡para qué!
Para vivir y maldecir siempre a todos,
para tener que aborrecerte a vos también.
Me siento enloquecer, reniego mi existir,
maldigo mi nacer
y en esta cruel desolación
prefiero hasta morir.

Creía que tu sangre era mi sangre,
qué lindo era vivir ilusionado.
¡Mamita, mi mamita! Y yo era un niño,
de amor y de cariño por tus besos mimado.
Vivía tan feliz junto a tu lado.
Mi hogar, dulce hogar, que me habías dado.
Creía en mi nombre firmemente,
¡qué brutalmente se derrumba una ilusión!

Fue tan horrible la verdad que hasta quisiera
perder la vida, hasta mis ojos, por saber
los dos cobardes encontrar
y allí en sus rostros deshacer
aquel pecado, en un rincón tirado.
Pero más, es más brutal este rencor que mi dolor
para esa boca, boca cruel que se ensañó
mi drama hizo saber, sembró desolación,
hoy no puedo resistir
mi santa madre, por favor,
ayúdame a vivir.

Autor(es): Rafael Lauría, Sergio Gasparini
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