Almafuerte
Tangos
Vaya afirmándose fuerte
el que a escuchar se disponga,
que aquí canto la milonga,
la milonga de Almafuerte.
Yo, que he tenido la suerte
de tratar a ese varón,
le pido a mi inspiración
me ilumine pa’ decir
que su nombre ha de vivir
en el criollo corazón.
Así como eras, te veo,
medio achinao y fierazo,
tu verso fue latigazo
sin fintas ni bordoneos.
Tu lujo fue tu albedrío
eras soberbio y altivo,
y en las vueltas del baraje...
fuiste cantor del chusmaje
y padre del pobrerío.
Viviste amargao y a solas
todo el mundo fue tu hermano,
a cuanto pobre cristiano
le dejaste tus chirolas.
Entre vueltas y cabriolas
se curtió tu corazón,
y regalando el colchón
ye echaste en un diario viejo...
pa’ descansar el pellejo
sobre el piso de un galpón.
Fuiste cuarteando el destino
de la mano de los pobres,
y, a la marchanta, tus cobres
señalaban el camino.
Mediste el suelo argentino
a encontrarte con la suerte,
no ha de alcanzarte la muerte
mientras tu fama se oponga...
Ha de vivir la milonga,
la milonga de Almafuerte.
Autor(es): León Benarós, Manuel Abrodos
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