Noche con duendes
Tangos
El ritmo del candombe que sale del tranvía
me sigue y bailotea, procaz y juguetón,
el barrio ya silencia en calles siempre umbrías
el duelo de tu ausencia, mi grieta, mi dolor.
La luna que resiste al alba su llegada,
refleja sobre un charco sus notas de ilusión
y algún borracho silba , se silba con la luna.
Un gallo mientras, canta, saludos para el sol.
Desolado en mi cuarto,
un vacío mi cama,
acaricio la almohada
y es la nada fatal.
Esta noche en mi vida
martiriza mi sueño
con la imagen a fuego
de la que ya no está.
Pimpollos que revientan en flores tempraneras,
el alma en girasoles se rota con la luz,
desde este patio grande, baldosas desparejas,
un duende ya se esconde y queda a contraluz.
Detrás de las macetas está su triste sombra,
la sombra de mi angustia, lo que quedó de mí.
El ritmo del candombe hoy late a ritmo lento,
y el pecho no responde, es tanto mi sufrir.
Autor(es): Haidé Daiban, Pascual Mamone
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